No, no se trata de ninguna nueva bicicleta, que si no me echan de casa. Ni ninguna joven danesa de la Santa que viene a entrenar conmigo. Sino de Tania, mi hija mayor, que ahora se me quiere apuntar al carro del triatlón y al menos ahora a principio de temporada se viene conmigo cada vez que salga a correr. Eso sí, ella viene en bici, que solo tiene 9 años.
Hoy salida desde la Vegueta hacia Mancha Blanca, rodeamos la iglesia (no paramos a echar unos rezos) y de nuevo para casa. Total casi una hora de trote cochinero, pero al menos no tuve molestias ni de tobillos ni de rodillas, que estos 2 ultimos dias parece que se me alivian un poco los dolores que tenía.
Eso es bueno, sin molestias se entrena a gusto, que es de lo que se trata y encima en inmejorable compañia. Eso es entreno de calidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Toño!
ResponderEliminarQué bueno y ojalá sea el inicio de una triatleta con base.
El referente lo tiene en casa y eso es muy positivo.
Saludos, león!
Ahí ahí, haciendo cantera, jejeje.
ResponderEliminarA mi hijo mayor le queda que llegue el buen tiempo para acompañarme a los entrenos... y participar en alguna prueba infantil.